lunes, 24 de diciembre de 2007

Dales sabiduría; al menos, prudencia

Esta noche de buenos deseos, pidamos que aquellos que ejercen el poder sean tocados con el espíritu de la contención y la madurez; que si no resuelven los problemas, al menos no los agraven.

En las últimas horas de este 2007 se acumulan los indicios de que el próximo año estará tachonado de dificultades en materia económica y política. Se prevé un repunte en el desempleo, crecimiento estancado y presiones sobre la inflación. En la política podría no irnos mejor, pues habrá tensiones continuadas y mayores dificultades para lograr acuerdos.

Quizá tenga usted un momento esta noche para desear para aquellos que ejercen el poder en este país mayor sabiduría al encarar los problemas. O al menos, prudencia para no agravarlos.

A casi 400 años de su redacción, sigue siendo referencia obligada en estos menesteres el Oráculo manual y Arte de la prudencia, escrito por el jesuita español Baltasar Gracián (1601-1658).

Cualquiera puede verse reflejado en alguno de los 300 preceptos de esta obra, cuya lectura sería útil especialmente para nuestros políticos.

Dígame usted en quién piensa al leer lo siguiente, a lo que se ha respetado su versión original:

“La metad del mundo se está riendo de la otra metad, con necedad de todos. O todo es bueno, o todo es malo, según votos. Lo que éste sigue, el otro persigue. Insufrible necio el que quiere regular todo objecto por su concepto. No dependen las perfecciones de un solo agrado: tantos son los gustos como los rostros, y tan varios (…). La norma de la verdadera satisfación es la aprobación de los varones de reputación, y que tienen voto en aquel orden de cosas. No se vive de un voto solo, ni de un uso, ni de un siglo”. (Precepto 101).

La sabiduría y la prudencia están reñidas en ocasiones con las ansias de fama y de aceptación, especialmente si se les busca en las cifras de las encuestas. Son pocos los que aceptan el riesgo de no ser “hombres en su siglo”. Así lo propone Gracián:

“Los sugetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos, aunque le tuvieron, no acertaron a lograrle. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso. Pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno; y si este no es su siglo, muchos otros lo serán”. (Precepto 20).

Estos son algunos de esos personajes, y su actual circunstancia. Que la sabiduría los acompañe. O al menos, la prudencia.

Felipe Calderón: El mandatario tuvo el arranque más controvertido de los últimos 18 años, y aún hoy muchos dudan sobre si es capaz de conducir al país hacia los cambios que necesita. La ventana de oportunidad para las transformaciones reales está en el 2008, pues luego vendrán elecciones, con resultados impredecibles. Calderón y su equipo desarrollan un juego de estrategia similar a los que el mandatario disfruta en su computadora, lo que hasta ahora le permite mayor margen de maniobra y envía una señal de eficacia en su gobierno. Festejó como triunfo su primer año de gobierno, desperdiciando la oportunidad para reconocer que su consolidación se explica también por la prudencia de sus adversarios.

Andrés Manuel López Obrador: Incluso sus más cercanos se exasperan cuando se niega a moverse una micra del radicalismo que el año pasado aportó argumentos para la propaganda donde se le presentó como un peligro para el país. Se niega a sostener encuentros con empresarios y otras personalidades, mucho menos acepta invitaciones en el extranjero. Después de indicios de una negociación con Jesús Ortega, dirigente de Nueva Izquierda, el ala mayoritaria del PRD, se instaló en una ruta de colisión dentro de su partido, que en marzo próximo debe renovar liderazgo. El voto fracturado de la reforma electoral, por parte de los legisladores perredistas, y el bloqueo de un consenso para el IFE anticipan una rispidez que complicará las cosas a todos en los próximos meses.

Beltrones, Peña Nieto, Ebrard: Desde del primer minuto del actual gobierno, estos tres personajes parecen funcionar con el 2012 en la mente. Cada uno en su dinámica, los tres pueden descarrillar la tarea que les fue asignada y con ello, fracasar como aspirantes viables en la próxima sucesión presidencial. Pocos casos como estos en los que se precise hoy de más sabiduría o, al menos, prudencia.

Agustín Carstens: El que está por iniciar puede ser el “año horrible” de la economía mexicana, al conjugarse numerosos factores, que van desde el estancamiento en Estados Unidos hasta la apertura del TLC en renglones sensibles como la agricultura. Al centro de la tormenta estará el secretario de Hacienda, que dio una batalla abierta en el Congreso en defensa de una reforma fiscal apoyada centralmente en el IETU, que al parecer resultará un fiasco en materia de recaudación. Eso le habría costado la cabeza al subsecretario de Ingresos, Fernando Sánchez Ugarte. Sin cambios reales, no habrá crecimiento y Carstens podría empezar a prepararse para dejar el cargo a mitad del sexenio.

Luis Téllez: Muchas miradas habrá sobre este hombre, que tiene la responsabilidad de liberar a todo un sector —el de la infraestructura— de los amarres que le impiden apoyar el desarrollo. Siempre se supo que Téllez se toparía con los monopolios, donde se hallan algunos de sus mejores y antiguos amigos. “Tendré que conseguirme otros”, le han oído decir. No obstante, sea por debilidad, sea por instrucción superior, cada día se le ve más cerca de la mesa de los poderosos y más lejos de cumplir la tarea que muchos suponíamos que asumiría.

Carlos Slim: ¿Puede un capitalista ayudar en verdad a salvar al país, o en su mente no hay, nunca, sino pensamientos de cómo meter la mano al bolsillo del consumidor? Slim es el hombre más rico del mundo en una de las naciones con mayor inequidad del planeta. Con el arranque del año recibirá el aval del gobierno para ensanchar sus negocios, y tendrá un pie en el famoso triple play, para ofrecer telefonía, internet y televisión en un mismo cable, en condiciones virtualmente monopólicas. ¿Lo que es bueno para el ingeniero es bueno para México?

Jesús Reyes Heroles: El director de Pemex se ha metido en un laberinto. Su partido, el PRI, lo ha expulsado de sus afectos. El PAN, para cuyo gobierno labora, lo acusa de infiltrado. Economista de renombre, político eficaz y de prosapia, nunca estuvo sin embargo, a cargo de una empresa, mucho menos de una que enfrentara las vicisitudes de Petróleos Mexicanos. La crisis profunda de la dependencia y del sector, más el costoso derecho de piso que debe pagar, lo orillarán a tomar pronto una decisión crucial para su carrera.

Apuntes

  • NO PERDAMOS de vista la investigación sobre los 281 mil spots no reportados al IFE por los partidos una vez concluidas las elecciones del 2006. El instituto mantiene investigaciones, sin que se sepan los resultados. Uno de los partidos investigados (Nueva Alianza) obtuvo una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que obliga al IFE a corregir presuntas inconsistencias en los informes, y volver a resolver, en enero. El riesgo es que se le eche tierra al asunto. El presidente provisional del IFE, Andrés Albo, fue el presidente de la Comisión de Fiscalización a cargo de este tema. Ahora tiene la responsabilidad central de transparentar todo el procedimiento y agotar los recursos para que las cosas queden claras.
  • MURIÓ el jueves Joaquín Contreras Cantú, un político formado en la vieja escuela priísta, con una trayectoria gestada en el sur de Tamaulipas cuando era asiento del otrora todopoderoso Joaquín Hernández La Quina. Pero Contreras Cantú buscó reinventarse. Laboró en el foxismo, y era secretario de Educación de su estado cuando cayó de un caballo durante un paseo en su rancho de Tampico, lo que le ocasionó una lesión que acabaría quitándole la vida.

expedientesabiertos@hotmail.com

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