lunes, 22 de febrero de 2010

El enigma de Gómez-Mont

En apenas 48 horas, el actual secretario de Gobernación recibió la mayor descarga de “fuego amigo” que haya conocido funcionario alguno en 25 años.


Arrancaba la segunda semana de noviembre de 2008. Reinaba el estupor por la trágica muerte, unos días antes, de Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación y el hombre más cercano al presidente Calderón. El mandatario decidió que la estabilidad política del país recomendaba acelerar la designación del relevo.

Había recabado las opiniones de varios personajes. Pese a su fría relación con Diego Fernández de Cevallos, lo consultó, y éste le sugirió recoger también las reflexiones de Fernando Gómez-Mont, amigo desde las juventudes panistas. La vida y la política los habían unido y separado a ambos a lo largo de muchos años.

De acuerdo con fuentes consultadas, Calderón ordenó la comunicación, y en ese momento escuchó la voz de su compañera, de su confidente más leal, su principal activo. Margarita le decía: “¿Y por qué no Fernando…?”. Seguramente ambos recordaron las negociaciones clave que especialmente en el campo electoral, Gómez-Mont libró durante los años ’90 para el panismo, en forma discreta y eficaz. Quizá la duda flotó al saberse del talante bronco de ese integrante de una dinastía panista iniciada en la primera mitad del siglo pasado por don Felipe Gómez-Mont.

Calderón pidió el enlace telefónico. La llamada encontró a Gómez-Mont en la entrada a un cine con su esposa y un par de amigos, con quienes después cenarían. Ya no vio la película. Acudió a Los Pinos. Hubo, se asegura, una de las conversaciones más francas del actual sexenio. Acordaron lo que venía, ratificaron lealtades.

Abundan los testimonios sobre la intensidad de su comunicación, incluso ríspida en ocasiones. Asimismo, del rechazo de Gómez-Mont al adelantado juego de la sucesión, las advertencias a sus colaboradores, la forma en que se desmarca en conversaciones privadas, al grado de que ha dicho a algunos de sus interlocutores que un ex alcohólico no puede ser presidente de México.

Este es el personaje que en el arranque de la semana pasada recibió la más grave descarga de “fuego amigo” que un miembro del gabinete haya sufrido desde que a mediados de 1986 Jesús Silva Herzog renunció en Hacienda. Parte de la andanada fue orquestada o tolerada desde el gobierno.

¿Qué sigue ahora?: O el arribo del cuarto secretario de Gobernación cuando apenas inicia la segunda mitad de la administración Calderón, o -si Los Pinos ya se ha refinado-, quizá el surgimiento de un Palacio de Bucareli con mayor fuerza para el diálogo, sin ataduras ni compromisos hacia el 2012.

O las exequias de un complejo personaje, o la vigencia de aquella frase según la cual “lo que no te mata, te fortalece”.

Apuntes
EN SINALOA el proceso para suceder al gobernador priísta Jesús Aguilar atrae tensión nacional. El mandatario estatal programó una asamblea de delegados para ungir candidato oficial al alcalde de Culiacán, Jesús Vizcarra, desplazando a otro fuerte aspirante, el senador Mario López, lo que abrió la especulación sobre un frente electoral a favor de éste, encabezado por PAN y PRD. Esto explica la pugna entre el diputado panista Manuel Clouthier con su partido y el gobierno Calderón. Ello también alentó una guerra sucia que el equipo de López Valdés atribuye a una de las candidaturas para el 2012. Priístas sinaloenses destacados como Francisco Labastida, buscan evitar una fractura, lo que abrirá un periodo de negociación en el Institucional, esta semana.

EN QUINTANA ROO las cosas viene igual por la decisión del gobernador Félix González Canto de imponer a Roberto Borge. Esto puede acercar al senador Carlos Joaquín a la causa del alcalde de Cancún, Gregorio Sánchez, quien contaría también con una coalición para contender por la gubernatura.

LAS LLUVIAS hacen pender de un hilo la suerte de decenas de miles de familias en el Valle de Chalco, territorio del estado de México. El gobernador Enrique Peña y el jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, pactaron un esquema de colaboración ante la ineficacia del director de Conagua, el panista José Luis Luege, cuyo despido inminente es una versión que cobra solidez cada día.

lunes, 15 de febrero de 2010

Juárez: son jóvenes, señores

La singular decisión del presidente Calderón para ir al encuentro de la gente puede desatar una cascada de reacciones, en esa y otras plazas sacrificadas por el crimen


Es probable que el llamado del Presidente para que la sociedad de Ciudad Juárez se exprese sobre qué hacer frente a la mafia, atraiga respuestas no previstas. Por ejemplo, la extendida percepción de que el disparo en la cuota de violencia se debe a que la autoridad local sostiene desde hace años un pacto con el cártel de Juárez, mientras que el operativo federal parece estar abriendo espacio al cártel de Joaquín El Chapo Guzmán, el más poderoso de los capos, el prófugo más famoso de los gobiernos panistas.


Puede darse el caso de que los empresarios confiesen al Presidente que su tema no es el narcotráfico, sino los secuestros y las extorsiones. Ello ha incluido a capitales internacionales, como Toshiba y Siemens, que vieron morir a varios de sus ejecutivos a manos de las bandas. Se empiezan a multiplicar casos de almacenes y otros negocios que amanecen bajo el fuego porque sus dueños no aceptaron cubrir la “cuota” mensual exigida por pistoleros.

En los últimos meses ha cerrado una decena de importantes maquiladoras, cuyos trabajadores, la mayoría jóvenes, engrosó a una masa de desempleados que en la ciudad ya se estima en más de 100 mil.

Es posible que la sociedad juarense acabe revelando, al Presidente y al país, que por muchos años ha estado acostumbrada al baño de sangre entre mafias rivales, pero lo que ahora la desquicia es la tolerancia de los cuerpos de seguridad, locales, estatales y federales, para que un segmento importante de su juventud esté dominada por dos bandas: Los Aztecas y Los doble A (Artistas Asesinos), extensión de El Chapo los primeros; del cártel de Juárez, los segundos.

Por las calles de Juárez crece la fama de adolescentes matones que deben ya 15 o 20 vidas. Menores de edad aún, son la escoria que controla el narcomenudeo, las tienditas de drogas o picaderos administrados por muchachos y sus familias. Son estos grupos los que reclutan como sicarios a otros menores, aterrorizan a las barriadas y, en los hechos, tienen secuestrada a toda una generación.

Esa es la nueva realidad, vigente desde hace pocos años, que convulsiona a la ciudad fronteriza, que despierta los gritos que Calderón escuchó y seguirá escuchando, pero que también puede prohijar grupos radicales con jóvenes encapuchados como los que el jueves pasado protagonizaron una turbamulta con policías federales hasta que fueron encarados por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. Cuando se retiraba, el funcionario, el número dos del gobierno federal, recibió un manotazo en la cabeza, lo que puso de manifiesto que corrió un riesgo grave.

El equilibrio de muerte entre los cárteles rivales y la violencia de las pandillas juveniles representan los ejes claves de la presencia del Ejército en la plaza. Si los militares son incapaces de controlar el narcotráfico, sí desempeñan una tarea indispensable para disminuir el uso de armas, especialmente entre las bandas juveniles.

Pero ello sólo es parte de la tarea que le corresponde al Estado, que en Juárez como en otras muchas plazas del país, debe disputar el futuro de toda esta generación.

Pero para ello no bastarán, por muchos que sean, ni policías, soldados o armamento. La respuesta necesaria estará en la creación de más escuelas y universidades, de hospitales y clínicas para rehabilitar adicciones en forma masiva. Pero muy crucialmente, en inversiones cuantiosas para crear empleos en zonas estratégicas. En ello, literalmente, nos irá la vida.


Apuntes

OAXACA, donde se confirmó la alianza entre PAN y PRD, es el principal motivo de la renuncia del secretario Gómez Mont, que ha dicho a su equipo que le resulta intolerable sumarse a la causa del senador perredista Gabino Cué, quien hace apenas algunas semanas llamaba “espurio” a Felipe Calderón, pese a reiterados llamados del propio Gómez Mont para dejar atrás esa etapa.


VERACRUZ ofrece otros desafíos para el PAN. El poder local frustró la posibilidad de una alianza, y ahora se empeña en influir en favor de Gerardo Buganza para que sea nuevamente candidato blanquiazul, pasando sobre las aspiraciones de Miguel Ángel Yunes.

lunes, 8 de febrero de 2010

Candidatos; hedor a delifn

Urge que la opinión pública arroje luz sobre la feria de imposiciones en que se empieza a convertir la postulación de candidatos, especialmente en donde el PRI es gobierno.

La federación de cacicazgos políticos estatales que es hoy el Institucional determinó que aquellos estados donde es gobierno y se celebren elecciones, será el gobernador en turno el que designe candidato, y que tocará a la dirigencia nacional, que encabeza Beatriz Paredes, definir al ungido donde otro partido gobierne.

Con ello el PRI renunció a la movilidad política que alguna vez lo distinguió. Aun en los años de partido único, los mandatarios priístas –el presidente incluido- eran todopoderosos, pero sólo por seis años. Ahora pueden imponer a sus delfines un modelo de continuidad, que significa anquilosamiento e impunidad. Eso es lo que ocurría con los cacicazgos regionales que a finales de los años 20 dieron paso al partido callista abuelo del actual PRI. Eso es lo que, con un discurso de modernidad, el PRI ofrece al país como carta para regresar al poder en 2012.

La lógica primitiva de esta decisión es que el gobernador en turno asume la responsabilidad de conservar al PRI en el poder -a costa de lo que sea. Para ello se compromete no sólo a echar mano del erario local, sino a someter a las autoridades electorales e incluso, a cooptar a los partidos opositores.

Han regresado así los tiempos en los que podía saberse con anticipación quiénes serán los nuevos poderosos: a nadie sorprende que el diputado federal Eviel Pérez, delfín del oaxaqueño Ulises Ruiz, se comporte como el próximo gobernador. Igual que Javier López Zavala, protegido de Mario Marín en Puebla, o Javier Duarte, bajo la roja ala de Fidel Herrera en Veracruz. En Chihuahua, Tamaulipas y Durango la maquinaria colocó ya a César Duarte, Roberto Torres Cantú y Jorge Herrera Caldera, respectivamente.

La debilidad de algunos mandatarios del tricolor los ha hecho forzar la marcha de sus protegidos. A contracorriente, avanzan Roberto Borge en Quintana Roo, Francisco Olvera en Hidalgo y, aun con mayores complicaciones, Jesús Vizcarra, en Sinaloa. En este último caso -lo demuestra una reciente encuesta del diario estatal “El Debate”-, esta decisión puede atraer una fractura histórica del PRI, con una alianza opositora que encabece el senador Mario López Valdés, el priísta más popular del estado, dos veces desplazado de la postulación priísta.

En las otras entidades con elecciones de gobernador pero con mandatario distinto al PRI, los procesos internos del Institucional no incurren en la temeridad de innovación alguna.

En Aguascalientes las diferencias son de protagonismos hacia el proceso 2012: Beatriz Paredes impulsa a Lorena Martínez; el líder senatorial Manlio Fabio Beltrones, a Carlos Lozano, y el alcalde de la capital hidrocálida, Gabriel Arellano, busca ser el tercero en discordia. Reunidos los tres aspirantes con Paredes a finales de enero, ella los convenció de que se repartan las tres posiciones clave: candidatura estatal, de la capital y la presidencia del Congreso local. Una pugna casera que se resolverá en las próximas horas.

Los eternos cacicazgos priístas en Tlaxcala no soportaron ni el olor de la transición democrática e hicieron implosión, lo que hundió al Institucional en ese estado, aunque los dos últimos gobernadores han pertenecido al grupo de Paredes Rangel, quien lo intentará de nuevo.

Apuntes

CORRECCIÓN. Por un error asenté mal la entrega pasada el nombre de la senadora perredista Minerva Hernández, aspirante a la candidatura por su partido al gobierno de Tlaxcala. En días pasados ella recurrió a su tutor político, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, pero se hizo acompañar de René Arce, ex perredista de oscuros antecedentes.


ESCÉNICO, el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, anunció el traslado de poderes a Ciudad Juárez. Nada sugiere que ello sirva más que para la proyección política de quien tanto argumentó en contra de la presencia del Ejército en aquella plaza.


LA ASAMBLEA del DF, que encabeza la perredista Alejandra Barrales, ha protegido por varias semanas al delegado en Álvaro Obregón, Eduardo Santillán, para ahorrarle la comparecencia en la que debe informar sobre el control de antros en su demarcación, entre ellos el “Bar Bar”, donde fue baleado el futbolista Salvador Cabañas.

lunes, 1 de febrero de 2010

Tlaxcala: mansas pasiones

En pocas entidades como ésta se vive una mayor deterioro de la vida partidista, carente de propuestas pero desbordada por cacicazgos e intereses de grupo

Se le atribuye a don Jesús Reyes Heroles la cruel caracterización de Tlaxcala como criadero de reses bravas…y hombres mansos. Este año de elecciones generales en el estado se verá si al menos sus políticos –hombres y mujeres- sacan la casta o se vuelven a hundir en la mansedumbre ante viejos y nuevos caciques.

El tema no es sencillo. La vida del PRI -durante décadas la fuerza dominante del estado- se desgastó internamente. “Tanta democracia nos dio en la madre”, dijo alguna vez el ex gobernador Tulio Hernández. En medio del desastre las cosas cayeron en las manos de la también ex gobernadora Beatriz Paredes, que puesta ante la disyuntiva de abrir las reglas o crear su propio cacicazgo, optó por lo segundo…con o sin su partido.

Hace 12 años la fractura permitió el paso del Alfonso Sánchez Anaya, priísta de cepa pero que debió competir por el PRD. Hace seis, el ex rector de la Universidad estatal y pupilo de la señora Paredes, Héctor Ortiz Ortiz, fue llevado de la mano por doña Beatriz al PAN –con la ayuda del panista y ex priísta Juan José Rodríguez Prats- para salir triunfante. Hoy nadie sabe qué representan o quieren los tres principales partidos. Por ello es que despiertan más repudio que simpatías electorales, a juzgar por encuestas de las últimas semanas.

En dichos sondeos de opinión, Acción Nacional, siendo gobierno, acumula 16% de las preferencias. Y 70% de los consultados rechaza que se concrete la pretensión del gobernador Ortiz de heredar su cargo. Ni al diputado federal Julián Velázquez, como se asegura es su intención, ni a nadie más. No se sabe si los devaneos de Ortiz cuentan con el aval de la diputada Paredes, pues se tejen historias de rompimiento.

Este vacío busca ser llenado por dos damas: la priísta Lorena Cuéllar, alcaldesa con licencia de Tlaxcala capital, y la senadora perredista Mireya Cuéllar. Esta última inició su camino con la insólita decisión de nombrar como su operador a uno de los políticos más oscuros del perredismo, René Arce, quien formalmente renunció a su militancia y al parecer ofrece sus servicios al mejor postor.

Como telón de fondo se halla un caso extraño: Mariano González Zarur, cuyas aspiraciones al gobierno del estado se han frustrado por lo que muchos tlaxcaltecas atribuyen a un largo diferendo con Beatriz Paredes. Hace seis años la acusó de traición al PRI, alegando que podía demostrar que la dirigente benefició a otro partido. Quizá por todo ello –y por ser un veterano inquilino del erario tlaxcalteca, las curules y la estructura de su partido-, ahora luce como competidor legitimado, especialmente dentro de su partido. Según las referidas encuestas, 80% de los consultados que se dijeron priístas opinaron que verían bien la postulación de González Zarur.

Con un peso marginal en la política y el número de votos en el país, Tlaxcala sellará el legado político de Beatriz Paredes, no sólo como dirigente de un partido que pregona su pronto regreso al poder, sino como figura emblemática que debe mostrar eficacia y legitimidad en su estado para seguirse mostrando viable en la ruta hacia el 2012.

Apuntes

EN EL IFAI, que encabeza Jacqueline Peschard, lo mismo que en amplios círculos preocupados por los derechos ciudadanos, causó estupor la controversia presentada ante la Corte por la administración Calderón, representada por el procurador Arturo Chávez, en busca de que las resoluciones emitidas por el órgano que garantiza la transparencia del gobierno puedan ser revisadas por un juez, lo que volvería costoso y virtualmente nulo el ejercicio del derecho de acceso a la información pública. El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, había ofrecido no pretender esta regresión, por lo que su palabra quedó en duda.


EL TRANVÍA que comunicaría internamente el primer cuadro del Distrito Federal, quedó ya como rehén no sólo de visiones y partidos distintos, sino de pugnas hacia el interior del PRD capitalino, pues la principal corriente interna, la que encabeza René Bejarano –y que incluye al delegado de esa demarcación, Cuauhtémoc, Agustín Torres-, le declaró la guerra al proyecto.