lunes, 25 de enero de 2010

Alianzas, transición y crisis de ideas

La agenda del cambio democrático requiere bloques partidistas para demoler al viejo autoritarismo caciquil, auténtico engendro de la política mexicana.

Las tres figuras centrales del PRI, Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes y Enrique Peña Nieto, han logrado imponer en espacios de opinión de los medios –quizá con un discreto apoyo desde la administración Calderón- un coro en contra de que PRD y PAN establezcan alianzas electorales que nos podrían ayudar a todos a conquistar el siguiente capítulo de nuestra transición política.


Este propósito se debilitará o encontrará mayor asidero hoy en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del panismo, donde su dirigente César Nava necesita un sólido respaldo para conjurar la percepción de que personajes del gobierno, como el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, sabotean estas alianzas como parte de un pacto más o menos secreto con el PRI en el Congreso.

Apenas el jueves último, Gómez Mont deslizó la calificación de “fraude” a la posibilidad de pactar estas alianzas, lo que atrajo un deslinde público de Nava, quien advirtió que el tema “no está en la órbita del gobierno, sino del partido”. Aquél buscó cubrir el daño el viernes con una declaración en favor de alianzas con programas comunes de gobierno y compromisos más allá de las urnas.

Es importante analizar la indignación tricolor en este tema, pues con diversos adjetivos, Beltrones, Paredes y Peña han alegado la discrepancia ideológica que guardan las plataformas de perredistas y panistas, que podrían personificar –no sin esfuerzos serios- la misma geometría que construyó en Chile la Concertación entre socialdemócratas y socialistas, que permitió extirpar de la política chilena los resabios de la dictadura pinochetista y otorgó a ese país un largo ciclo de prosperidad y armonía.

El PRI exhibe los dilatados efectos de la reducción de espacios internos para el debate ideológico. La falta de una verdadera reflexión doméstica asfixia su visión y estrategias. Sus Estatutos son ejemplo de pragmatismo y de conveniencia, lo que lo ha llevado a subordinarse a iniciativas que, como las reformas en materia de aborto, lo desnudan como partido de derechas. O peor: como un partido enemigo de las ideas.

La alternancia en el gobierno federal no ha debilitado –incluso lo consolidó- el caciquismo político que ha hecho de los gobernadores virreyes absolutos en sus territorios. ¿Cómo enfrentar la miseria en Oaxaca, Hidalgo, Durango, Puebla o Veracruz, los bajos índices educativos, el nepotismo, la corrupción desbocada, los nexos con el crimen organizado, la subordinación del Congreso, los tribunales locales y los órganos electorales, si el gobernador en turno usa los recursos como patrimonio personal y la estructura toda del poder le permite realizar elecciones de Estado?

Si nuestra maduración democrática no coloca al caciquismo político entre sus objetivos a vencer, éste se reproducirá más allá de las siglas de un solo partido, como ya ocurre en Chiapas, antes con Pablo Salazar y ahora con Jaime Sabines; en Tlaxcala con la jettatura de Beatriz Paredes, o en Zacatecas, entidad donde podríamos ver una singular alianza entre PRI y PT para enfrentar a Amalia García y a su poderosa hija, la senadora perredista Claudia Corichi.

Es razonable que los caciques que habitan en todos los partidos sean contrarios al uso de las alianzas. Sus convicciones son alimentadas por la conveniencia personal y el corto plazo. Qué importante es que todos estemos atentos a lo que resulte del actual momento.

Apuntes

EN EL PRD surgirá esta semana una nueva corriente, con las siglas UNI (Unidad de Izquierda). Será encabezada por Alejandro Encinas, con presencia en más de 20 estados del país. Se trata de la plataforma partidista para la candidatura presidencial de Marcelo Ebrard.


INFLUENZA. José Ángel Córdova, secretario de Salud, logró desmontar impugnaciones sobre la vacuna -algunas apoyadas por intereses trasnacionales-, lo que conjuró una nueva crisis y ratificó las destrezas de este discreto médico que en su estado, Guanajuato, es cada vez más mencionado como prospecto para próximo gobernador.


DISCUTAMOS MÉXICO, la serie que arrancó Canal 11 con el aval presidencial y el impulso de la SEP y Conaculta, es una oportunidad clave para revisar, sin mitos, en forma plural, los procesos históricos de la Independencia y la Revolución, con una mirada plural, sin verdades rígidas.

lunes, 18 de enero de 2010

La marcha de Marcelo

Es el mejor momento del jefe de Gobierno capitalino: su imagen aumenta, y avanza también su control sobre su partido, que le fue esquivo, incluso hostil



Cuando en las próximas horas llegue a Washington para participar en una cumbre de alcaldes sobre temas de migración, el jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, podría decidir cambiar su discurso y contar su propia historia: el difícil tránsito por el poder en una de las urbes más complejas del mundo.


Ebrard batalla desde hace años para construir su propio espacio y su propio proyecto, no bajo la sombra de algún líder que le haya dado cobijo —Salinas, Camacho, López Obrador—, sino con una imagen propia, la cual parece vivir hoy uno de sus mejores momentos.


Dentro del PRD, un partido exhausto tras la derrota de 2006 y encajonado por el radicalismo de su principal figura, a Ebrard le ha tomado la mitad de su gestión contar con una base personal, incluso en los estrechos márgenes de la ciudad, donde ha podido aislar a grupos de su partido que desde 1997 dividieron a la urbe en enclaves que en realidad representan cuotas y botines.


La tragicomedia en que se convirtió el caso Juanito en Iztapalapa marcó el fin del cacicazgo de los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo en esa demarcación en donde se dirimen negocios multimillonarios, legales y criminales. Otras corrientes ligadas también al flujo de dinero han ido rindiendo armas igualmente. Sólo falta una de las más visibles: la que encabeza René Bejarano, acaso el más astuto.


Pero en los hechos, las diversas tribus del perredismo exhiben en la capital cada vez mayor inanición, para dar paso a un consenso en torno a Marcelo, como se ha reflejado en la Asamblea capitalina, donde la lideresa Alejandra Barrales no sólo atajó a las corrientes internas sino que ha construido puentes con otras bancadas.


Sin duda, el próximo frente de esta tarea se halla fuera de la ciudad, incluso fuera del país. En el extranjero, lo mismo en Europa que en Brasil o Estados Unidos, donde Andrés Manuel López Obrador fue siempre visto de lejos, Ebrard busca presentarse como una alternativa fresca para México, desde una izquierda moderna.


En el entorno nacional, su suerte dependerá en buena medida de los afanes de su aliado Manuel Camacho Solís, que busca mantener unido el eje partidista PRD-PT-Convergencia, que muchas veces no parecen querer lo mismo, ni siquiera ganar elecciones.


Esta unidad hasta ahora improbable es elemento indispensable, primero, para que la izquierda sea opción de gobierno, y segundo, para construir tan pronto como sea posible una candidatura con el consenso suficiente para hacerla competitiva, sólida, o al menos, clara y eficaz. Ahí está la apuesta de Marcelo.


Apuntes: Alianzas PAN-PRD


HIDALGO, Oaxaca, Puebla y Durango, cuatro entidades que ilustran la sobrevivencia de un priísmo cerril, concentran las negociaciones de PAN y PRD para una en la renovación de gobernadores este año. La propuesta debe vencer primero a adversarios internos, como el ex presidente perredista Leonel Cota, e ignorar después la falsa polémica en materia de principios ideológicos que alienta el PRI, sin duda el ejemplo más acabado de partido de conveniencias. Desde el propio Institucional se ha filtrado que la administración Calderón pactó frenar eventuales alianzas a cambio de la aprobación de la reforma fiscal, pero las señales parecen haber cambiado.



CUMBRE del sector turismo esta semana. Asista o no, Rodolfo Elizondo encarnará el hueco que hay en su secretaría. Durante un año se ha anunciado su salida, su envío como embajador a Portugal —lo que él declinó—, su aterrizaje en el equipo de Los Pinos. Pero ahí sigue, con pesar.



MAESTRO y referente de un segmento clave de los economistas mexicanos en las últimas cuatro décadas, David Ibarra Muñoz arribó a sus primeros 80 años de vida. Lo hizo en evento auspiciado por sus amigos con el impulso de Carlos Slim, y que convocó a un importante segmento del pensamiento progresista, huérfano ahora de identidad partidista.



EN SINALOA por estos mismos días del año pasado se reportaba una baja en la violencia y se hablaba de un pacto pacificador entre mafias. Pero ahora la entidad atestigua un repunte en ejecuciones: en los primeros 15 días de enero, 114 muertos, la peor cifra desde 1993.

domingo, 10 de enero de 2010

Los retos del 2010

Cualquiera de ellos representa un riesgo de colapso institucional o puede poner en peligro la viabilidad del gobierno.


En las últimas semanas de 2009, los mexicanos atestiguamos el impulso de la administración Calderón para hacer coincidir la mitad de su mandato con una serie de acciones y propuestas que buscan dotar al gobierno de la iniciativa política para conducir al país este año, que se presenta igualmente complejo, con agregados críticos, como los procesos electorales programados en la mitad de los estados.

Más allá de las buenas intenciones, cinco batallas básicas se interponen entre los afanes de Los Pinos y sus verdaderas posibilidades de éxito. De la manera en que encare estos desafíos dependerá la suerte del resto del sexenio y quizá la permanencia o no de Acción Nacional al frente del gobierno.

1.- La economía. Si el panismo es echado del poder en el 2012 no será por otra razón que por haber sido incapaz de revertir o al menos atenuar los efectos de una crisis económica que nos atenazó desde el arranque de la alternancia, en el 2000. México sufre como pocos el impacto de la recesión global, y la autoridad no acaba de aceptar que causas internas agudizan la situación. Deberá hacerlo este año para lanzar una serie de cambios estructurales que requerirán construir un difícil consenso con el Congreso.

2.- Violencia criminal. Los términos en los que el Estado mexicano libra la actual guerra contra los cárteles de la droga están agotados, no sólo porque la violencia sigue creciendo sino porque los policías federales y los efectivos militares empeñados en la batalla muestran eficacia en declive y corrupción al alza. Entre las bajas se encuentra también el deterioro de los derechos humanos en amplias zonas. La estrategia resultó tan fallida que incluso el fundamentalismo de Estados Unidos en la materia se está transformando bajo la visión del gobierno Obama. Subrayar las campañas de prevención y los tratamientos médicos deberá formar parte de la contención del daño y otorgar nuevos enfoques al tema.

3.- Elecciones. Diez estados cambiarán de gobernador este año. Las proyecciones están tan apretadas que el PAN dependerá de los éxitos del gobierno para que la balanza se incline en uno u otro sentido. Si los comicios fueran hoy, Acción Nacional lo mismo podrían perder en todas las entidades, incluso las que hoy gobierna, como Aguascalientes, que dar el campanazo y conquistar plazas como Sinaloa o Veracruz. Lo que no está claro es cómo será el plan de guerra blanquiazul, pues hasta hora sus estrategas han lucido pobreza de recursos y de propuestas. Todo indica que será inevitable una batalla preliminar entre el panismo y el proyecto priísta encarnado por el mexiquense Enrique Peña Nieto, quien se ha echado a cuestas la tarea de apoyar la causa tricolor mucho más alláde los límites del estado que gobierna.

4.- Telecomunicaciones. Se trata de un campo que está en el corazón de la economía y la política. Hace unas semanas el presidente Calderón cerró abruptamente una discusión con un magnate de los medios con una advertencia: “Me vas a respetar aunque no quieras”. La agenda legislativa en este ámbito es larga y espinosa, pero precisa definiciones políticas de alto nivel. Es posible que surja un pacto entre el gobierno y el líder senatorial priísta Manlio Fabio Beltrones, que al poder mediático le parece poco confiable. El otro actor clave en este ámbito, Carlos Slim, dejará de presionar para que se le permita incursionar en la televisión, pues nuevos negocios en el campo satelital le abrirán esa posibilidad por otros caminos.

5.- La reforma política. “¿Cuánto nos queda de Felipe Calderón?”, se escucha desde hace semanas en los pasillos del poder, donde se hacen cálculos sobre el capital político que el Presidente puede aún invertir, y las “canicas” que todavía puede intercambiar para sacar adelante sus propuestas legislativas. La más importante, la reforma política, puede otorgar al régimen un poco del oxígeno que tanta falta le hace. Y ofrecer a todos nuevas condiciones para construir mayorías. El problema es determinar si al gobierno le alcanzará el gas de la negociación para llevar los consensos hasta donde ha llevado sus palabras y propuestas.

lunes, 4 de enero de 2010

Las cifras de la bestia

Todos debemos indignarnos ante la apatía oficial frente a los registros periodísticos sobre el número de ejecuciones ligadas al crimen organizado en el último año.


Por lo menos tres grupos editoriales del país –“El Universal” lo hizo en forma pionera- han empezado a desplegar el producto de un esforzado registro de muertes violentas en el territorio nacional durante 2009: las llamadas ejecuciones perpetradas por sicarios del narcotráfico.

No está en la capacidad ni en la naturaleza de quienes desarrollan esa tarea netamente periodística, agotar el seguimiento de cada caso para constatar que quede registro del mismo en un acta de defunción acopiada por el Registro Civil, y que en la misma conste la causa final de la muerte; mucho menos, verificar si el Ministerio Público hizo su tarea y abrió una averiguación sobre los autores de la agresión y el resultado de la búsqueda de los culpables.


En tanto que los reportes noticiosos pueden incurrir en imprecisiones; el riesgo de que esos registros no sean del todo exhaustivos, o las simples complejidades del procesamiento de información están haciendo que las cifras totales varíen de medio a medio, no así la tendencia: en sólo un año, el número de muertes violentas ligadas al narcotráfico se quintuplicó en el país.


Chihuahua, Guerrero y Sinaloa son las entidades que más sufren el problema, pero no hay estado que no tenga su propia cuenta, con la solitaria excepción de Yucatán, lo que deja en ridículo aquel discurso para consumo externo que hablaba de un fenómeno que se concentraba en tres estados.
En el terreno de los especialistas hay un importante valor agregado para estos análisis, pues se comparan series históricas más largas que permiten, por ejemplo, advertir que la violencia mortal es endémica en estados como Guerrero, donde este tipo de hechos han incluso disminuido en las décadas recientes, lo mismo que en el Distrito Federal, por ejemplo.


Otros autores han hecho aportaciones fallidas o amañadas, como ocurrió a principios del mes pasado con un amplio ensayo en la revista “Nexos”, que se basa precisamente en datos de actas de defunción del Registro Civil. Pero cualquiera sabe que muchos cadáveres producto de esta época sangrienta van a dar a la fosa común sin que nadie los identifique, los reclame o exija justicia para las víctimas.

Otra cifra “a modo” es la que procesa el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que consigna datos apenas a partir de 1997, pero derivados de denuncias presentadas ante el Ministerio Público, lo que adolece del mismo problema.

No debemos acusar a nuestras autoridades de displicentes en este tema. Lo que realmente podemos atribuirles es una actitud hipócrita pues declaran su compromiso para enfrentar el problema militar pero son renuentes a medir los resultados respectivos, como no sea con una estadística de detenciones, harto amañada, pues en la misma se incluyen lo mismo a verdaderos peces gordos que van a dar a prisión, que carne de cañón que resulta procesada pero alcanza una pronta liberación, sea porque siempre fueron inocentes sea porque fiscales y jueces incapaces o venales los dejan regresar a las calles.

Una contabilidad rigurosa, con aval oficial, pondría también de manifiesto que sólo un porcentaje ínfimo de estas muertes es investigado, lo que da lugar a una gigantesca impunidad, que es el verdadero nutriente para la vorágine de violencia que sacude al país desde hace una década por lo menos.

El Partido Acción Nacional, en el poder desde el 2000, ha sido igualmente incapaz de explicarnos a los mexicanos porqué antes de la alternancia en el gobierno las bandas criminales parecían observar el mismo principio de orden al que se ajustaban otros factores de poder en un Estado con visos claros de autoritarismo.

Hoy debemos digerir discursos de líderes del PRI argumentando que ellos sí sabían cómo manejar este problema, cuando ha quedado demostrada hasta la saciedad la complicidad de los políticos y de los jefes policiacos de ayer con las bandas del narcotráfico. Así resolvían las cosas.

No podemos saber en qué medida esas complicidades se han erradicado o a qué nivel se conservan. Es otra consecuencia de que la autoridad peque de disimulo ante las estadísticas de muerte que genera la bestia del narcotráfico.