lunes, 8 de febrero de 2010

Candidatos; hedor a delifn

Urge que la opinión pública arroje luz sobre la feria de imposiciones en que se empieza a convertir la postulación de candidatos, especialmente en donde el PRI es gobierno.

La federación de cacicazgos políticos estatales que es hoy el Institucional determinó que aquellos estados donde es gobierno y se celebren elecciones, será el gobernador en turno el que designe candidato, y que tocará a la dirigencia nacional, que encabeza Beatriz Paredes, definir al ungido donde otro partido gobierne.

Con ello el PRI renunció a la movilidad política que alguna vez lo distinguió. Aun en los años de partido único, los mandatarios priístas –el presidente incluido- eran todopoderosos, pero sólo por seis años. Ahora pueden imponer a sus delfines un modelo de continuidad, que significa anquilosamiento e impunidad. Eso es lo que ocurría con los cacicazgos regionales que a finales de los años 20 dieron paso al partido callista abuelo del actual PRI. Eso es lo que, con un discurso de modernidad, el PRI ofrece al país como carta para regresar al poder en 2012.

La lógica primitiva de esta decisión es que el gobernador en turno asume la responsabilidad de conservar al PRI en el poder -a costa de lo que sea. Para ello se compromete no sólo a echar mano del erario local, sino a someter a las autoridades electorales e incluso, a cooptar a los partidos opositores.

Han regresado así los tiempos en los que podía saberse con anticipación quiénes serán los nuevos poderosos: a nadie sorprende que el diputado federal Eviel Pérez, delfín del oaxaqueño Ulises Ruiz, se comporte como el próximo gobernador. Igual que Javier López Zavala, protegido de Mario Marín en Puebla, o Javier Duarte, bajo la roja ala de Fidel Herrera en Veracruz. En Chihuahua, Tamaulipas y Durango la maquinaria colocó ya a César Duarte, Roberto Torres Cantú y Jorge Herrera Caldera, respectivamente.

La debilidad de algunos mandatarios del tricolor los ha hecho forzar la marcha de sus protegidos. A contracorriente, avanzan Roberto Borge en Quintana Roo, Francisco Olvera en Hidalgo y, aun con mayores complicaciones, Jesús Vizcarra, en Sinaloa. En este último caso -lo demuestra una reciente encuesta del diario estatal “El Debate”-, esta decisión puede atraer una fractura histórica del PRI, con una alianza opositora que encabece el senador Mario López Valdés, el priísta más popular del estado, dos veces desplazado de la postulación priísta.

En las otras entidades con elecciones de gobernador pero con mandatario distinto al PRI, los procesos internos del Institucional no incurren en la temeridad de innovación alguna.

En Aguascalientes las diferencias son de protagonismos hacia el proceso 2012: Beatriz Paredes impulsa a Lorena Martínez; el líder senatorial Manlio Fabio Beltrones, a Carlos Lozano, y el alcalde de la capital hidrocálida, Gabriel Arellano, busca ser el tercero en discordia. Reunidos los tres aspirantes con Paredes a finales de enero, ella los convenció de que se repartan las tres posiciones clave: candidatura estatal, de la capital y la presidencia del Congreso local. Una pugna casera que se resolverá en las próximas horas.

Los eternos cacicazgos priístas en Tlaxcala no soportaron ni el olor de la transición democrática e hicieron implosión, lo que hundió al Institucional en ese estado, aunque los dos últimos gobernadores han pertenecido al grupo de Paredes Rangel, quien lo intentará de nuevo.

Apuntes

CORRECCIÓN. Por un error asenté mal la entrega pasada el nombre de la senadora perredista Minerva Hernández, aspirante a la candidatura por su partido al gobierno de Tlaxcala. En días pasados ella recurrió a su tutor político, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, pero se hizo acompañar de René Arce, ex perredista de oscuros antecedentes.


ESCÉNICO, el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, anunció el traslado de poderes a Ciudad Juárez. Nada sugiere que ello sirva más que para la proyección política de quien tanto argumentó en contra de la presencia del Ejército en aquella plaza.


LA ASAMBLEA del DF, que encabeza la perredista Alejandra Barrales, ha protegido por varias semanas al delegado en Álvaro Obregón, Eduardo Santillán, para ahorrarle la comparecencia en la que debe informar sobre el control de antros en su demarcación, entre ellos el “Bar Bar”, donde fue baleado el futbolista Salvador Cabañas.

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