Horas antes y durante su presencia en México, Obama envió señales que no tardarán en empezar a preocupar aquí, y estimularán el debate sobre una estrategia fallida.
Más allá de las ridículas anécdotas surgidas en una cena protocolaria, que tantas declaraciones y tinta hicieron correr, lo verdaderamente relevante pasó casi por alto en el entorno de la breve visita de Estado del presidente estadounidense, Barack Obama, a nuestro país.
Nuestros políticos y un segmento importante de nuestros medios, que se consumen en el escándalo cotidiano, deberán regresar a las horas previas a la llegada del mandatario para encontrar el germen de un próximo viraje en la guerra contra el narcotráfico que compromete a los dos países íntimamente, como un matrimonio sin posibilidad de divorcio.
Deberán mirar, por ejemplo, el currículum de Alan Bersin, designado la víspera zar fronterizo, en una decisión mancomunada entre Obama y Janet Napolitano, responsable de la seguridad interna en su país, y ella misma conocedora de la problemática en la frontera.
Con Bersin y Napolitano llegará el fin de una estrategia, aquí y allá, que durante años fue inspirada por la DEA, la cual nos había recetado el actual modelo de acción militar contra las mafias. La agencia estadounidense antinarcóticos fue, en los últimos ocho años, la ventanilla en la que nuestro gobierno debió consultar qué hacer, y cómo, para contar con el apoyo y el aval de la administración estadounidense. De acuerdo con lo que fue informado a este espacio, eso se acabó.
Lo que viene es un esquema que formará un grupo de trabajo binacional que incluirá a cuatro o cinco dependencias estadounidenses, y no sólo la DEA. Con ello no se relegará la participación temporal de los soldados, pero habrá prioridad a los golpes al patrimonio de las mafias, especialmente contra las empresas legales que lavan su dinero, los bancos que los patrocinan y los políticos que los protegen.
No se necesita más que saber leer para identificar en esta línea el anuncio hecho también la víspera de la llegada de Obama, sobre las órdenes al Departamento del Tesoro estadounidense para detectar y congelar fondos de Los Zetas, el cártel de Sinaloa y La Familia. Ello se deriva de una simple clasificación de estos grupos conforme la denominada Ley de Designación de Líderes Narcotraficantes, que desde 1999 y hasta hoy —otra vez, por decisión de la DEA— sólo había incluido al cártel del Golfo.
Debe tenerse en cuenta que los narcotraficantes mexicanos desarrollan operaciones y, en consecuencia, tienen fondos radicados en más de ¡40! países, donde sus bienes, disfrazados de legales, empezarán a ser incautados, poniendo bajo la luz a los empresarios, banqueros y políticos que en cada lugar hayan decidido ser sus socios.
Y en México, ¿cuándo empezamos?
APUNTES
- GERMÁN MARTÍNEZ, dirigente nacional panista, acumula no pocas tensiones, las más importantes hacia dentro de su partido. La aparente marcha triunfal de Josefina Vázquez Mota hacia la coordinación de la bancada en la Cámara de Diputados, lo deja muy mal parado con César Nava y Francisco Ramírez Acuña, a quienes Martínez puso como condición para buscar aquel cargo el hacer campaña por una diputación uninominal. ¿Qué les dirá ahora? Otro tema es el frustrado veto al arribo del aguerrido Javier Corral a una diputación, que operó el senador Ulises Ramírez, quien ya se ha vuelto también ave de tempestades en el estado de México, donde fue designado representante de Acción Nacional.
- El 2012, y no otra cosa, gravitó sobre las causas que impidieron que el sinaloense Enrique Jackson y la yucateca Dulce María Sauri accedieran a una candidatura a diputado. La crucifixión del primero, identificado con Manlio Fabio Beltrones, corrió a cargo de Beatriz Paredes, quien a cambio debió aceptar el sacrificio de su aliada Sauri, frenada por la gobernadora Ivonne Ortega, con el visto bueno de su benefactor, el mandatario mexiquense Enrique Peña Nieto.
- EN COLIMA arrancaron las campañas para gobernador. Usted verá cómo el tema del narcotráfico dominará la contienda, ante crecientes evidencias de que las mafias han rozado los círculos cercanos de varios aspirantes, entre ellos el del PRI, Mario Anguiano Moreno, que el sábado inició proselitismo sin la presencia de la dirigente Beatriz Paredes.
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