lunes, 22 de junio de 2009

Después de las elecciones

En las bancadas del PRI en Diputados y el Senado se cocina ya un pase de factura al PAN y al gobierno por la tensión actual; ¿qué será de la urgente agenda para sacar adelante al país y pavimentar el camino hacia el 2012?

Incluso los personajes más conciliadores del PRI, en el grupo que arribará a la Cámara de Diputados en septiembre próximo, saben que será inevitable que la actual guerra electoral contamine los trabajos iniciales en San Lázaro, lo que incluirá al presupuesto y a la política de ingresos que se debe autorizar al gobierno para funcionar el próximo año.

Desde que el cruce de ataques dio inicio, voces se alzaron aquí y allá para evitar el despeñadero. Pero en el PAN se advirtió que su estrategia funcionaba y que las intenciones del voto en casi todas las encuestas empezaban a hundir al Institucional, donde se desinfló muy rápidamente el sueño de alcanzar el control de la mitad más uno en Diputados.

El priísmo acusó el agravio. Filtró que el gobierno Calderón ofrecía gestionar la paz por las mañanas, pero en las tardes se metía en el cuarto de las conspiraciones. Cuando un alto priísta se quejaba en Los Pinos, le respondían que nadie podía controlar al dirigente panista, Germán Martínez. Y el equipo de éste advertía abiertamente que no era su tarea hacer las paces con la oposición, sino que eso lo deberá lograr el gobierno “tarde o temprano”.

Ya veremos de qué tamaño es la revancha, con el riesgo de que un endurecimiento extremo del PRI lo haría perder votos ante el electorado, y que en ese escenario el PAN puede negociar algunos temas con la bancada del PRD, donde los diputados cercanos a Jesús Ortega -que porta una línea más conciliadora con el gobierno- serán mucho más numerosos.

Pero mientras los partidos velan armas, los personajes clave del Senado observan con alerta la urgencia de impulsar reformas a partir del día después de las elecciones. Ello implicará temas fiscales, apoyos a sectores demolidos por la crisis, una nueva reforma política y con ella, ajustes al tema electoral, particularmente al asunto de los dineros y la presión de las televisoras para recuperar su acceso discrecional a los presupuestos y por tanto, su papel de gran elector en los comicios.

La dimensión de estos problemas ha generado ya declaraciones de líderes parlamentarios como el priísta Manlio Fabio Beltrones y del panista Santiago Creel, en favor de integrar cuanto antes una agenda de discusión, para abordarla apenas concluyan los comicios.

Puede incluso ser recomendable comenzar antes, desde el lunes 6 de julio. Las metas se ven lejos y el camino resultará largo y sinuoso.

Apuntes

  • CIUDADANOS EN MEDIOS, una ONG preocupada por el papel de los medios y la capacidad de la comunidad para hacerse escuchar, presentó el balance de un laborioso seguimiento de lo que las principales televisoras y los diarios más importantes del país han ofrecido a sus públicos desde el arranque del año. Resalta el virtual desdén –como nunca en la etapa moderna del país- a las campañas, especialmente en medios electrónicos. Asimismo, la desaforada inclinación de muchos conductores de televisión por hacer comentarios sesgados sobre el material que presentan, con lo que se da por hecho que las audiencias son bobas y no entienden que atrás de esas manifestaciones se hallan simples intereses mercantiles de las empresas.
  • EN SINALOA hay ocho diputaciones federales en disputa, seis de las cuales controla hoy el PRI. Las encuestas arrojan ahora un virtual empate en casi todas ellas, lo que da cuenta de la polarización política en esa entidad que el próximo año elegirá nuevo gobernador.
  • EL VOTO NULO y sus promotores han logrado cundir como movimiento en el que encuentran acomodo lo mismo el disgusto por la crisis económica, los operadores contra la reforma electoral, las visiones más conservadoras o voces ampliamente autorizadas. Hace días el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se reunió con algunos analistas colocados en esta línea, lo que le debe haber representado una jornada amarga.
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