Presupuestos y delirios

Un bloque mayoritario del PRI aprobará el presupuesto federal, a cambio de fortalecer el poder de los gobernadores, donde madura el huevo de la serpiente de la regresión política

Se respira tranquilidad en las oficinas gubernamentales ligadas al manejo presupuestal del próximo año. Se considera manejable el costo de un pacto planteado por los liderazgos del PRI para aprobar el paquete de medidas planteadas por la administración Calderón, a cambio de entregar a los gobiernos estatales una mayor tajada del erario.

Este pacto, de cumplirse, representará una coladera para los recursos públicos, pues en la mayor parte de los estados la transición política y las prácticas de transparencia son todavía asignaturas pendientes. El presunto pacto no beneficiaría a estados y municipios, sino directamente a los gobernadores, donde casi desde el inicio del sexenio se están incubando no programas de desarrollo y combate a los pobres, sino sueños de grandeza.

Vea usted a Veracruz, cuyo gobernador, el priísta Fidel Herrera, podría recibir el próximo año 30 mil millones de pesos de fondos federales, sometidos a una supervisión cada vez más superficial, como ocurre en el resto del país. Herrera carece de contrapesos locales. El estado es su coto personal. Hace algunas semanas cedió, como una travesura, decenas de los anuncios espectaculares que controla su gobierno para publicitar el “informe de actividades” de Gerardo Buganza, diputado panista saliente y ex candidato a la gubernatura.

Don Fidel quiere ser presidente de la República, pues se considera con mayor estatura que otros de sus colegas que también ambicionan el cargo. Como ocurre con el también priísta Enrique Peña Nieto o el panista Emilio González, la imagen de Herrera es generosamente promovida por las televisoras a escala nacional. En ceremonias públicas sus colaboradores cantan ya loas al gobernador que salvará a la patria. La deuda pública la ha multiplicado por siete. Y ahora su equipo estaría preparando el lanzamiento de una cadena de farmacias llamadas “Fiel”, en beneficio de las clases populares de todo el país.

De acuerdo con el proyecto de presupuesto federal para 2010, la bolsa para los gobernadores se acercará a los 423 mil millones de pesos, presumiblemente etiquetados para obras de beneficio social. Más de la mitad de ese dinero irá a dar a manos de mandatarios priístas, varios de los cuales llevan toda su gestión dominados por las ansias futuristas, gastando en su imagen en forma demencial.

¿Debe el país financiar estos delirios, que de triunfar nos traerán a todos seguramente un regresión política? Si se va a dar más dinero a los estados como un proceso irreversible, ¿podemos fortalecer a la Auditoría Superior de la Federación para velar mejor por el destino de esos recursos?

Apuntes

TURISMO. Crecen el temor y la resistencia por el destino de la dependencia que hoy encabeza Rodolfo Elizondo. A la luz del presupuesto del área, nomás no salen las cuentas del recorte anunciado, pues dos de cada tres pesos que maneja van a dar a los estados, por lo que el ahorro será marginal. Pero lo peor es que se integraría a Economía, cuyo titular, Gerardo Ruiz Mateos, permanecerá en el cargo pese a los señalamientos de incompetencia y arrogancia que lo acompañan desde el inicio de su desempeño. Un solo dato: sólo las contrataciones que tiene previsto realizar la Judicatura federal el próximo año superan las que se reducirán con la desaparición de Turismo.

TRAICIÓN. En el Partido Acción Nacional crece la certidumbre de que su derrota en municipios clave, diputaciones federales y locales el Estado de México, que los llevó a dejar de gobernar a cerca de cuatro millones de ciudadanos, se debió simple y sencillamente a “cañonazos” recibidos por dirigentes estatales y candidatos –especialmente en el Valle de México-, como ya ocurrió durante el gobierno de Arturo Montiel, que un buen día salió de compras en el Congreso local, ofreciendo 25 millones de pesos a cada diputado electo del PAN que aceptara formar una fracción “independiente”. Y se llevó a los que quiso.