lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Hacia dónde? ¿Con quiénes?

Un golpe de timón cuando los tiempos sucesorios parecen precipitarse requiere tener claro qué se quiere hacer, cuáles son los aliados y quiénes los rivales; el presidente Calderón parece tener confundidos a unos y otros.

Nunca en los tres años del actual gobierno tantos actores se reunieron tantas veces con el Presidente, como ha ocurrido tras las elecciones de julio pasado. Líderes, gobernadores o legisladores de su partido, lo mismo que representantes de la oposición y no pocos empresarios, han atendido invitaciones individuales o para pequeños grupos, en un intenso ciclo de conversaciones en Los Pinos.

Los comentarios de algunos de estos interlocutores consultados por este espacio, describen al Presidente como “acorralado pero no vencido”, lo adivinan “con ánimo para dar un manotazo en la mesa” o lo encuentran “sin entender lo que pasó (en los comicios)”.

En la cumbre blanquiazul de Ocoyoacac, el 25 de julio, en reuniones con dirigentes priístas en días previos a su Informe de Gobierno, o en un encuentro privado con los senadores de su partido el pasado jueves 3, Calderón Hinojosa ha dejado el mensaje de que emprenderá “cambios reales”, pero en sus palabras mezcló visiones que porta desde que llegó al cargo —como la apertura de Pemex— con nuevos énfasis, como la urgencia por el tema de la pobreza.

En el encuentro en el poblado mexiquense, al que citó a gobernadores de Acción Nacional y a un grupo de legisladores, Calderón llegó acompañado de dos secretarios de Estado muy cercanos, presidenciables: Ernesto Cordero y Alonso Lujambio.

Frente al balance de las urnas y la urgencia de auténticos cambios de régimen que reposicionen a su partido, ante el Presidente se identificaron tres ámbitos de indispensable atención: la opacidad sindical, los monopolios, especialmente en las telecomunicaciones, y las ligas entre el narcotráfico y los políticos.

Surgió ahí el nombre del magnate Carlos Slim, a quien la administración Calderón ha bloqueado su acceso al negocio de la televisión. Entre otras razones, porque se pensó que la amistad con las televisoras beneficiaría electoralmente al gobierno, y que la competencia en telefonía atraería inversiones. Pero los empresarios de la televisión votaron por el PRI; la competencia a Slim —personificada por Telefónica, que dirige Francisco Gil Díaz— ha resultado mediocre, y el crecimiento del sector está paralizado. ¿Hacia dónde sería el cambio en este campo?

Sobre el problema sindical se aludió a un caso que irrita al panismo: el hoyo financiero que representan Luz y Fuerza del Centro y su Sindicato Mexicano de Electricistas. Lujambio recordó sus tiempos de politólogo y alertó que los gremios —en realidad, el corporativismo— facilitan la gobernabilidad. Este asunto, y en general el tema laboral, figura en el ánimo transformador de Calderón, que contaría con el apoyo de los empresarios… hasta que los trabajadores tomen las calles. Y si no es con los huidizos señores del dinero, ¿con quién irá el Presidente?

Del narcotráfico, ya ni hablar, por lo escurridizo del tema en el corto plazo. Y está la pobreza, que nutre los riesgos de protestas sociales, que alimenta al crimen, estimula la migración y despierta la inquietud del mundo, especialmente de Estados Unidos, sobre un injusto régimen político en México.

Es difícil calcular cuánto tiempo tiene Calderón para emprender estos cambios y por qué los anunció ahora y no en su mensaje de toma de posesión. El escenario político se desliza rápidamente hacia un clima de sucesión adelantada que crispará a los partidos internamente, desatará tensiones en el Congreso y adelgazará el espacio de maniobra presidencial. Esta será una historia para consumarse en los próximos 18 meses, o no será.

APUNTES

DERECHOS HUMANOS. La renovación de las comisiones nacional y del DF en la materia está atrayendo a muchos aventureros con respaldos poco claros. De ahí el fuerte reclamo para que la selección que realizan el Senado y la Asamblea capitalina, respectivamente, sea abierta y que los aspirantes presenten públicamente sus cartas credenciales y propuestas.

RECORTE. ¿De veras se cree que suprimiendo tres secretarías, que juntas no suman un presupuesto de 2 mil millones de pesos, se tapará un boquete de 300 mil millones?

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