lunes, 24 de mayo de 2010

Mérida exhibe fractura panista

Patricio Patrón Laviada, cuyo paso por la gubernatura de Yucatán estuvo tachonado de escándalos personales y familiares, personifica un ejemplo de aliado incomodísimo de Felipe Calderón. Es uno de los “hombres del Presidente” que pueden despeñar en 2012 las últimas posibilidades del PAN de conservar la Presidencia.

Patrón, hoy oscuro funcionario federal, abrió con su desempeño la puerta al regreso del PRI al gobierno yucateco. Pese a ello, fue conservado como hombre fuerte del panismo local, por lo que hay que atribuirle –junto con su jefe, por supuesto– la responsabilidad por el retroceso histórico del blanquiazul en las pasadas elecciones, cuando perdió la alcaldía de Mérida junto con los principales distritos locales. Una y otros habían sido reductos del blanquiazul desde 1990.

A don Patricio hay que reconocerle también meter en este lodazal a Margarita Zavala, nuestra primera dama, sin duda el principal activo político del Presidente. Patrón dijo a quien quisiera escucharlo que Beatriz Zavala, la candidata panista derrotada en Mérida, fue impuesta por Margarita en aras de su amistad.

La responsabilidad de Patrón podría ser mayor en esta debacle con que el PAN inició el calendario electoral. El yucateco alardea haber sido clave en el triunfo de Calderón en 2006, primero en las internas panistas y luego en la contienda por la Presidencia. Aun si esto fuera cierto, ha perdido la brújula, pues impuso a los principales candidatos panistas a diputados federales en 2009. De cinco, perdieron cuatro. Y en estos comicios locales, luego de que el PAN había controlado los siete principales distritos, fue desplazado de cinco, en los que hubo personajes ligados al ex gobernador.

La causa panista en la elección local fue sacrificada entre el equipo de Patrón que veía a Zavala como una imposición de Los Pinos, los seguidores de ésta y el grupo encabezado por Ana Rosa Payán, antigua gloria del PAN en el estado —reconquistó Mérida en 1990—, colaboradora en el gobierno de Vicente Fox y, quizá por ello, marginada en 2004 en el proceso sucesorio de Patrón, quien obtuvo el aval calderonista para impulsar a Xavier Abreu, eventualmente derrotado por la actual gobernadora, la priísta Ivonne Ortega.

Payán renunció a su partido por aquel episodio, pero en febrero último reapareció con el anuncio de que buscaría su reincorporación. Refirió a sus cercanos una reunión privada con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien le habría pedido no sabotear el trabajo de la candidata Zavala. Ana Rosa, dominada por el rencor contra Patrón, inhibió declaraciones públicas, pero por debajo de la mesa alentó a un empresario local, Salvador Vitelli, para buscar la postulación panista por Mérida.

El resultado de todo ello tomó carácter de cifras oficiales: el PAN fue echado del poder en Mérida por una diferencia de más de 12 mil votos. La ganadora es la priísta Angélica Araujo, diputada federal, hechura de la gobernadora Ortega.

La dirigencia del blanquiazul, encabezada por César Nava, asumió la retórica perredista de 2006 para exigir “voto por voto, casilla por casilla”. Hará también denuncias de fraude ante autoridades electorales del estado y federales. Como en aquella historia, tampoco ha exhibido prueba alguna, por lo que los resultados de su arenga se prevén idénticos.

El análisis de las cifras arroja que el PRI no gozó de un repunte espectacular en el apoyo ciudadano. Lo que en realidad parece haber pasado es que los ciudadanos de Mérida fueron ahuyentados por el desorden y la mediocridad de los contendientes, lo que hizo desplomarse los niveles de participación en las urnas. En ese oscuro pozo se ahogó Acción Nacional.

Fue en 1968 cuando, en la persona de Víctor Manuel Correa Rachó, el PAN ganó por vez primera Mérida, y la convirtió en enclave que ayudó a extender su presencia en todo el sureste. Derrotado en 1971, al panismo le tomaría 19 años regresar al gobierno de esa capital, y ahí consolidó su vuelo hacia la gubernatura. Hoy está fuera de ambos, no sólo por un electorado harto y perezoso, sino por el eficaz trabajo de zapa de sus facciones internas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario