lunes, 15 de noviembre de 2010

PAN: El viraje de Calderón

Es una fortuna para Acción Nacional que sólo resten algunas semanas antes de la elección de su nuevo presidente. De prolongarse, la presión interna despedazaría a ese partido.

Para Ricardo Alemán.
Porque en casa lo extrañaremos.

Cuando en los primeros días de diciembre se decida por fin quién será el nuevo dirigente de Acción Nacional, quedará pendiente de contar una de las grandes historias políticas de este año: cómo los cambios de señal desde Los Pinos crearon una experiencia desquiciada en la vida interna del partido en el gobierno.

Nadie sensato puede asegurar ya quién entre Gustavo Madero y Roberto Gil Zuarth cuenta con el aval del presidente Felipe Calderón y, por su conducto, de un porcentaje crucial entre los integrantes del Consejo Nacional que habrán de elegir nuevo presidente y con ello, acaso se decantarán no sólo por un derrotero especifico para su organización sino –sólo acaso- por uno de los dos más fuertes aspirantes del panismo a la candidatura presidencial, Ernesto Cordero y Alonso Lujambio.

Tras una señal abierta, obvia, del calderonismo a favor de la institucionalidad y la seriedad del apacible senador Madero, varios de los principales operadores de la casa presidencial aparecieron en el cuartel general de Gil Zuarth, una estrella emergente del blanquiazul, diputado federal que eventualmente había sido convocado a la Secretaría de Gobernación por Fernando Gómez Mont para aprovechar la capacidad de diálogo y el pragmatismo de ese hombre que había alcanzado respeto e incluso popularidad entre priistas y perredistas en San Lázaro, de la mano de su jefa e impulsora, Josefina Vázquez Mota.

Pero el affaire de las alianzas y la desaparición de su aliado Diego Fernández de Cevallos desbarrancaron a Gómez Mont, frenando la consolidación de Gil, quien pese ello apostó fuerte por quedarse con el cargo de titular. Sus 33 años de edad, su audacia y su ambición, quizá sus principales atributos, jugaron esta vez en contra y llegó al cargo Francisco Blake, con otra visión del mundo, de la política y también, con otro equipo.

Gil se fue, pero una mañana apareció al lado de Patricia Flores, de Germán Martínez, de Jordi Herrera, de Jorge Manzanera y de otros integrantes del equipo en la sombra de Calderón.

El Presidente ya había lanzado la señal a favor de Madero. Se entendió que lo de Gil Zuarth era un berrinche. Las semanas recientes han demostrado que el índice presidencial podría estar señalando hacia otra cabeza, lo que ya ha traído una guerra intestina en el PAN entre los mismos personajes que antes se enfrentaron en Los Pinos.

Es casi imposible que esa justa se aclare en la primera vuelta de las elecciones del Consejo panista. La segunda y definitiva vuelta será, a querer o no, un aparador de la operación presidencial. Y ya con ganador, habremos de empezar a rescatarla la historia completa.

Apuntes

MICHOACÁN se aproxima a elecciones de gobernador y encuentra a los tres principales partidos ayunos de candidatos idóneos. A ello se añade una montaña de dudas sobre las eventuales ligas de algunos aspirantes con el crimen organizado. El PRI luce como el más desvencijado tras dos sexenios fuera del poder. El PRD ha sido en 12 años incapaz de crear nuevos cuadros, y quizá tendrá que recurrir a un antiguo colaborador del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en pos de coherencia y abanderado. El PAN está en una encrucijada, pues deberá decidir entre personajes probados, como alguno de sus senadores, o dar paso a la aventura de la “primera hermana” Luisa María Calderón, cuyo campaña abierta parece estar generando anticuerpos tanto en la dirigencia local como en Los Pinos. Por lo pronto, nadie ha podido responder si la hermana del Presidente, por serlo, haría campaña acompañada de un regimiento militar. Otra posibilidad es que Cocoa, como le llaman sus cercanos, en realidad sea un catalizador para construir una alianza opositora que impida un nuevo periodo bajo control del sol azteca.

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