lunes, 17 de marzo de 2008

Mouriño y El Club del Emperador

Varias lecciones pueden extraer los políticos mexicanos de la caída del gobernador neoyorquino, Eliot Spitzer, hundido por debilidades ampliamente explotadas en un entorno electoral

NUEVA YORK.— ¿Un hombre poderoso en pos de su fantasía, que desemboca en una patética pesadilla, es una historia que sólo puede protagonizarse en esta ciudad, o sus ingredientes son fáciles de reconocer en otras realidades, con otros personajes?

La historia del gobernador Eliot Spitzer, quien hoy consumará su renuncia al cargo, ofrece varias lecciones a personajes mexicanos en la cúspide del poder político, como a Juan Camilo Mouriño. Entre otras, sobre cuál es la salida seria para quien traiciona la confianza pública. Consúltese si no, en qué sentido están escritas las toneladas de cartas del público que en estos días han publicado los diarios de esta ciudad.

El obsesivo rastreo que apenas inicia sobre las cuentas bancarias de Spitzer —a fin de conocer si usó fondos públicos en sus aventuras— debería hacer reflexionar a muchos integrantes de la nueva generación de políticos mexicanos, entre ellos a ese encumbrado priísta, soltero codiciado, que recientemente presentó a su nueva pareja en Monterrey durante una cena de postín, ambos recién llegados de vacaciones en Suiza y luciendo relojes recién comprados, con precios imposibles de adquirir con el sueldo del carismático funcionario público: medio millón de pesos entre las dos joyas.

Otra lección: la certeza de que la pugna electoral que ya arranca en Estados Unidos podría estar atrás del mayor escándalo político en una década —desde la saga sexual de Bill Clinton, en 1998—, por lo que nadie puede olvidar que la tarea de los adversarios siempre será buscar la espalda, con el puñal levantado. Y que la única manera de que no se sepa que hiciste algo malo es... no haciéndolo.

La naturaleza humana es la misma; los impulsos desatados por la ambición de poder, dinero, fama o sexo son tan antiguos como el hombre mismo. La película de siempre. Sólo con diferentes actores, otras naciones, epílogos diversos. El final de cada historia depende de la madurez de las sociedades, de la moral reinante. Y del nivel de cinismo que el público puede tolerar en sus gobernantes.

Un ejemplo se expresa en el acelerado aislamiento al que el gobernador dimitente Spitzer estuvo sometido desde el momento en que se descubrió que contrataba prostitutas de lujo a razón de mil dólares por hora. Ofreció disculpas y regresó a la vida privada, donde seguramente perderá su licencia de abogado y vivirá muchas horas negras más, pues su familia aún no se explica por qué este hombre que a sus 49 años lo tenía todo, arrojó su proyecto a la basura para disfrutar los favores de Kristen, una chica sórdida, de 22 años de edad, integrante de una empresa en internet llamada El Club del Emperador.

Los contrastes mexicanos

En México, el sistema funciona de otra manera: Juan Camilo Mouriño fue llevado a la picota por los adversarios políticos de su jefe, el presidente Calderón. Ante la falta que cometió —cuyos alcances aún no conocemos—, se optó por envolverlo en la bandera y él aceptó trasladar el costo de sus actos al régimen y a su partido, cuando ya están casi a la vista los comicios intermedios de 2009.

A mediados de semana, el dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, daba por tercera vez la cara para aceptar su propia cuota de lodo. El director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, salía también a defender a Mouriño contra señalamientos que, bien lo sabe don Jesús, desde Los Pinos se atribuyen a infidencias dentro de su propio equipo.

Aún más, la tarde del martes, casi medio gabinete fue alertado de que debía salir al día siguiente a defender a Mouriño al unísono, con mensajes alineados. A este barco debía subirse incluso el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero. Por la noche llegó otra señal: deténganse. Quedaron en suspenso entrevistas en medios electrónicos e impresos. Si existe, el que decide la estrategia general debe entender que en toda guerra, cuando hay orden y luego contraorden, lo que se genera es desorden.

Ni los bebés de brazos dudan en Nueva York que la debacle del demócrata Spitzer será exprimida hasta la última gota por sus adversarios republicanos, encaminados hacia las elecciones generales de noviembre próximo, donde una de las contendientes podría ser la también demócrata Hillary Clinton, curiosamente parte de la clase política de Nueva York, por donde es senadora.

¿Defendió el equipo de la señora Clinton al gobernador en desgracia? Desde luego que no: se apresuró a expresar su apoyo e identificación con quien hoy jurará como nuevo gobernador, David Paterson, el cual por cierto no sólo es negro sino virtualmente ciego, pero lo sostiene un entramado más sólido que cualquier bastón o perro guía.

¿Exculpó la autoridad a Spitzer luego de que anunció su salida del poder? No, al contrario. La Fiscalía federal aclaró que no hubo pacto alguno para que el gobernador se fuera a casa, por lo que éste ya contrató uno de los mejores despachos de abogados especialistas en casos de delitos federales ligados con corrupción política. Investigadores especiales han intervenido las llamadas del gobernador dimitente, rastrearon sus cuentas bancarias, los pagos de sus tarjetas de crédito, los movimientos de sus escoltas, gastos de viaje, y están tratando de determinar si los pagos hechos a prostitutas tienen su origen en dinero público o en donativos de simpatizantes.

En México, no se sabe que Mouriño tenga los servicios de abogado alguno, apoyado como está en el aparato del gobierno mismo, como lo demuestran las fotografías donde el staff presidencial de Los Pinos lo abraza y todos sonríen. ¿De qué o quién se reirán?

Pero en México también la Fiscalía federal, la PGR, tomó ya cartas en el asunto, el cual está en manos del procurador Eduardo Medina Mora, a quien corresponderá determinar si don Juan Camilo tiene o no alguna responsabilidad en el tema de los contratos de la empresa de su familia con Pemex.

Medina Mora mostró, sin embargo, una pobre autonomía el año pasado ante los señalamientos del presunto traficante de seudoefedrina, Zhenli Ye Gon, sobre supuestas complicidades de funcionarios públicos. Antes de investigar, el procurador dijo que la acusación era absurda. Y a casi un año de aquel abril en que se produjo el decomiso de más de 200 millones de dólares, nada más se ha sabido.

No hay razón tampoco para tener confianza en lo que ha hecho al respecto el Congreso. PAN, PRI y Partido Verde son la mano del gato que saca las castañas del fuego, y han montado una farsa de comisión investigadora en la Cámara de Diputados, que se tambalea desde el primer momento.

Tal vez sea necesario concluir que para avanzar en materia de transparencia de los políticos no podemos contar mucho con los políticos.

Apuntes: ajustes de cuentas en el PRD

  • CUANDO concluyan los jaloneos por la elección de presidente nacional del PRD, no pierda de vista lo que ocurrirá en la capital del país. Los dirigentes perredistas Víctor Hugo Círigo y René Arce se han puesto en ruta de colisión tanto con la corriente de Jesús Ortega como con la de Andrés Manuel López Obrador. Se nos asegura que Círigo y Arce buscan una proyección más allá de los límites del DF, y que en este afán huelen ya a leña de otro hogar; con olor a pinos...
  • ESTE TEMA no deja de incluir a Cuauhtémoc Cárdenas, quien el jueves muy tempranito abordó un avión en la ciudad de México para salir del país. El ingeniero sigue en la cosecha de los bonos políticos que está generando la manera en que el gobierno maneja el tema de la reforma petrolera.
  • MARIO MARÍN, gobernador poblano, celebra a su manera que el portal estatal noticioso e-consulta.com, que conduce el periodista Rodolfo Ruiz, haya sido reconocido como el desarrollo periodístico en internet más innovador del país. Marín determinó desatar un boicot contra la mirada independiente de esa iniciativa informativa, que sin embargo se ha consolidado no sólo en el estado sino en Oaxaca y Tlaxcala.

expedientesabiertos@hotmail.com

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