lunes, 10 de marzo de 2008

PRD, frente a la maldición

Con la renovación total de dirigentes, el próximo domingo, el perredismo decidirá entre un relanzamiento o una implosión; no faltará en el proceso la mano negra del PRI y el PAN

Un enfoque simplista ha querido reducir a una intensa batalla interna entre Alejandro Encinas y Jesús Ortega lo que sucede en el Partido de la Revolución Democrática, y que habrá de resolverse el próximo domingo. Sin embargo, en este juego de vencidas se hallan implicados casi todos los gobernadores del país —sean del partido que sean—, inclinados por una u otra corriente.

No es poco lo que está en disputa. Además de la dirigencia nacional, será conformada toda una nueva geografía del principal polo opositor en México, aglutinado hoy en el PRD, la más importante formación política de izquierda en la historia moderna del país, desde que a principios del siglo pasado nació el Partido Comunista Mexicano.

El domingo el perredismo votará para cubrir más de 25 mil cargos a nivel nacional, estatal, de consejeros y congresistas de partido, entre otros puestos. Hay más de 83 mil candidatos en la lisa, con un padrón superior a los 6.8 millones de electores.

Quienes han seguido día con día el proceso adelantan que ni Encinas ni Ortega lograrán una victoria que les permita desarrollar un liderazgo sin la participación del otro. Y que gane quien gane, cualquiera de ellos tendrá en Andrés Manuel López Obrador y al movimiento social que éste encabeza un factor imposible de ignorar.

Mucho más relevante que quien triunfe será si el PRD logra salir cohesionado en lo básico, o entra en el tobogán que históricamente ha fracturado a la izquierda ya no digamos en corrientes, sino en facciones y sectas que por décadas protagonizaron desprendimientos, acusaciones y guerras de diverso género. La postración que de ello puede resultar mantiene ocupado a más de uno, más allá de las filas perredistas, en el PRI y en el panismo, incluido el gobierno Calderón.

Imagine usted si no será importante la influencia del priísmo, si se sabe que casi la mitad del padrón oficial de votantes se halla asentada en sólo dos entidades federativas: el estado de México y el Distrito Federal. Los respectivos mandatarios, Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard, han dado señales de inclinarse por uno de los principales oponentes. Así, es un hecho que el mexiquense empeña desde hace meses su peso y recursos en favor de Ortega, mientras que en la capital del país hay un abrumador alineamiento en torno de Encinas.

Más de 1.5 millones de votos —casi la cuarta parte del total— pueden técnicamente surgir del territorio mexiquense, donde es público que Nueva Izquierda, la agrupación formada por Ortega, copa los principales espacios del PRD, como es conocido también que sus principales cuadros, como Higinio Martínez y Horacio Duarte —este último compañero de fórmula de Ortega—, sostienen “relaciones peligrosas” con la casa de gobierno donde despacha Peña Nieto.

Nueva Izquierda es beneficiaria también del entusiasmo de los gobiernos de Ulises Ruiz, en Oaxaca, y de Fidel Herrera, en Veracruz, dos estados que serán claves el próximo domingo.

¿Y qué pasa con los gobernadores del PRD; cuáles son sus afectos, además del ya conocido de Marcelo Ebrard? Apunte usted: después del DF, la entidad con gobierno perredista más relevante por su peso en el padrón es Guerrero, donde Zeferino Torreblanca forma filas en la causa de Ortega Martínez, como también lo hace en Baja California Sur Narciso Agúndez. La zacatecana Amalia García se inclina discretamente por Encinas —antiguo compañero suyo en el Partido Comunista—, mientras que otro actor clave, Leonel Godoy, de Michoacán, ha buscado enviar una señal de neutralidad.

No es el caso de la familia del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, que apoya a Jesús Ortega, quien colaboró estrechamente en las dos últimas compañas presidenciales del michoacano, en 1994 y en 2000.

El último en el listado de mandatarios llevados al poder por el PRD es Juan Sabines, en Chiapas, entidad que también será pieza importante en la elección. Pero este hombre, de gen priísta, busca mantenerse igualmente al margen.

Los priístas Ney González, en Nayarit, o Miguel Osorio Chong, en Hidalgo, militan también, aunque más discretamente, a favor de Ortega, al parecer como pago a favores recibidos durante comicios locales, donde Nueva Izquierda ha mantenido una posición “transigente”, para decirlo de manera ortodoxa.

¿Y en el Congreso? Carlos Navarrete, uno de los cuadros más sólidos del PRD, es miembro relevante de Nueva Izquierda, por lo que es lógica su filiación orteguista. En la Cámara de Diputados se hila más fino. Ruth Zavaleta, la escénica presidenta en San Lázaro, también es de Nueva Izquierda, pero otros tres personajes han resultado instrumentales en la causa de Ortega: el coordinador Javier González Garza, y —fíjese usted— Alfonso Ramírez Cuéllar y Pablo Gómez. Ramírez, quien formalmente es contrincante de Ortega y Encinas, al parecer sólo hace “bulto” en favor del primero. Pero el gran viraje es el de Gómez, ex miembro del Partido Comunista Mexicano, como Encinas, pero colocado ya en la otra acera.

La “propaganda negra” que ha seguido a ambos candidatos, cada uno con su variante, al parecer tiene firmes asideros. Nueva Izquierda sí se caracteriza por su inclinación a las componendas con gobiernos locales, acaso herencia de aquel Rafael Aguilar Talamantes, fundador del Partido Socialista de los Trabajadores, donde se formó políticamente Ortega.

Encinas, a su vez, carga indeleble el sello de López Obrador, cuya carta de adhesión aportó a su aliado político un repunte de 12% en las preferencias electorales, en los días siguientes a su difusión, de acuerdo con encuestas no publicadas. El otro costal que don Alejandro debe llevar sobre sus espaldas es el de René Bejarano, oficialmente expulsado del PRD, pero que con su esposa, Dolores Padierna, ha llevado a cabo un abierto activismo a favor de aquél.

Ni los más convencidos creen que el enorme padrón perredista tenga sustento real. Por ejemplo, ese registro asigna al Distrito Federal cerca de 1.5 millones de afiliados, pero en la ciudad capital ya ha habido internas del PRD en las que los votos apenas rebasaron los 200 mil.

Bajo todas esas circunstancias llega el PRD a su renovación interna. Deberá surgir unido y eficaz, si desea seguir siendo opción real de poder, y no regresar al papel presencial y de opinión que la izquierda tuvo durante tantos años.

Apuntes: los agravios de Mouriño

  • FALTA AÚN por conocer si el escándalo desatado en torno al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, empieza a ceder o encuentra plataforma y argumentos para un nuevo repunte. Lo que hasta ahora debe apuntarse es el pasmo sufrido por el gobierno ante este tema, sólo comparable con la crisis Hildebrando, surgida en el segundo debate por la Presidencia de la República. Más importante que ello es la señal arrojada por sectores del PAN, especialmente en el Congreso y muy en concreto en el Senado, que habían dado ya luz verde para que se formara una comisión investigadora propuesta equívocamente por el Partido de la Revolución Democrática y a la que dio sepultura el priísta Manlio Fabio Beltrones. Hay en ese ámbito algunos panistas resentidos, a los que no costaría trabajo seguirles la pista hasta Manuel Espino —el ex dirigente blanquiazul— y hacia Francisco Ramírez Acuña, el defenestrado secretario de Gobernación, que hubo de ceder su puesto a Mouriño.
  • UN ENGENDRO de reforma constitucional local se cocina en Querétaro, lo que incluye la desaparición de la Comisión Estatal de Transparencia, al parecer incómoda para el Congreso local y para el gobierno panista. La propuesta, que ignora la letra y el espíritu de la enmienda a la Constitución federal en esta materia, ya fue aprobada en comisiones y está por ser enviada al pleno.
  • SUPERA UN MES ya la huelga en la Universidad Autónoma Metropolitana, donde el sindicato es rehén de dos corrientes radicales, la denominada Tribuna Proletaria y otra identificada con el CGH que paralizó a la UNAM en 1999.

expedientesabiertos@hotmail.com

Ir a la publicación original

No hay comentarios:

Publicar un comentario