lunes, 1 de marzo de 2010

Un gigante se desmorona: CTM

El otrora poderoso frente sindical exhibe una creciente debilidad, de cara a la indefinición del régimen sobre qué sustituirá a los caciques gremiales.

Fuera de resultar un observador pasivo, nada indica que la administración Calderón entienda las implicaciones de que exista un proceso de desintegración de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), entidad nacida hace casi 75 años, más de 50 de los cuales estuvo a cargo de un solo hombre: Fidel Velázquez.

El régimen panista iniciado hace una década postula abierta o implícitamente –por voz propia o la de sus intelectuales orgánicos- que los gremios consolidados en los años 30 por un priísmo autoritario son útiles para la gobernabilidad. Ello ha provocado que la vida sindical haya permanecido casi ajena a la transición democrática, salvo que se exprese en las cada vez más frecuentes pugnas internas.

El mundo entero ha cambiado desde que el XII congreso de la CTM reeligió en 1992 por enésima ocasión a don Fidel, cuya muerte, en junio de 1997, lo halló todavía con la certeza de que el PRI gobernaría eternamente. “A balazos entramos (al poder), sólo a balazos nos sacarán”, dijo alguna vez.

Aquel congreso celebrado en el Palacio de los Deportes, contó con decenas de miles de asistentes, incluida toda la clase política: el presidente, gabinete en pleno, 31 gobernadores, líderes parlamentarios, y los representantes de los 14 mil sindicatos que la CTM ostentaba en su interior. Ello se reflejaba en su fuerza en el Congreso: en la 50 legislatura (entonces con 300 integrantes), la central tenía 70 bancas, 102 si se sumaba el resto del Congreso del Trabajo. Y en el Senado (con 64 escaños) dominaba 14 espacios.

El pasado 25 de febrero, cuando fue reelecto Joaquín Gamboa Pascoe, el sector celebró con la presencia de un subsecretario. Su bancada actual incluye a seis diputados y un senador. El evento, en el auditorio de la organización, fue conducido por Beatriz Paredes ante menos de dos mil personas. La noticia del día fue que el gremio clave de los petroleros, que conduce Carlos Romero Deschamps, no ocuparía posición alguna en la nueva dirigencia. También, que fue reelecto Joaquín Gamboa Pascoe, quien de concluir su nuevo mandato, en 2016, tendrá para entonces casi 90 años de edad.

Los líderes cetemistas –y de otras centrales- podrán ver disminuidas sus bases, pero no sus negocios. No en balde Gamboa Pascoe gusta de lucir un reloj con valor de un millón de pesos.

En su artículo 373, la Ley Federal de Trabajo obliga a los gremios a dar cuenta “completa y detallada” de la administración del patrimonio sindical. No hay noticia de que sindicato alguno lo haya hecho. En el pasado tuvieron la anuencia del PRI. Ahora la complicidad se la garantizan los gobiernos del PAN.

Los pasos conquistados en materia de transparencia y democracia sindical son insuficientes, tímidos. De ahí que no permita abrigar esperanza alguna la escena en la que desayunaban, la semana pasada, en un sitio de postín, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, y el coordinador de la bancada tricolor en Diputados, Francisco Rojas. ¿Qué querrán cambiar para que todo siga igual?

Apuntes

GOBERNADORES de cuatro estados, a los que se sumó la cacique magisterial Elba Esther Gordillo, acudieron el pasado viernes a Sinaloa para un supuesto festejo por el cumpleaños del gobernador Jesús Aguilar. Lo ahí discutido sin embargo, resalta la reaparición pública de la Gordillo, así como la preocupación de los asistentes sobre las alianzas electorales. Los mandatarios de Hidalgo, Miguel Osorio Chong; de Chihuahua, José Reyes Baeza; Coahuila, Humberto Moreira, y Durango, Ismael Hernández, arribaron a Culiacán en sendas aeronaves privadas. Salvo Coahuila, en los estados restantes habrá elecciones este año. Ello incluye la propia Sinaloa, donde el inminente aspirante oficial, Jesús Vizcarra, tendría un poderoso contrincante en el senador –todavía priísta- Mario López si éste hilvana el respaldo de PAN y PRD.

CARLOS MONTEMAYOR, cronista de la insurgencia armada de los 70, murió ayer, lo que priva al país de una mente capaz de dilucidar el impacto de la pobreza y la exclusión en sectores marginados.

CORRECCIÓN. El lunes pasado le atribuí aquí al político quintanarroense Carlos Joaquín la calidad de senador, cuando es diputado federal.

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